En su segundo día de actividades, el Circuito Networking Cuba (CNC5) continúa con su propósito de fomentar el desarrollo empresarial en el archipiélago cubano. Así lo hizo, en un primer momento de la jornada, con Alejandro Peñalver, economista y CEO de Cubamodela, quien compartió con los presentes los inicios de su empresa, describiendo el proceso hacia su consolidación en el mercado cubano.

Además, explicó que su proyecto busca adaptarse a las necesidades del consumidor nativo. Asimismo, Peñalver resaltó la importancia de la capacitación continua para su equipo y cómo esto es clave para mejorar la calidad del servicio ofrecido.

Posteriormente, inició el programa científico con el panel titulado “Acompañamiento, miradas y precisiones del Ministerio de Economía y Planificación de Cuba”.

Este encuentro contó con la participación de la viceministra del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), Johana Odriozola Guitart, quien estuvo acompañada por varias panelistas: Lic. Verónica Rives Amaro, especialista de la Dirección de Regulación de Actores Económicos del MEP; y Aizel Llánez Fernández, directora nacional del INIE y PADIT.

El espacio posibilitó un intercambio sobre el nuevo paquete de medidas para los actores económicos en Cuba, en el que se encuentra, como una de las medidas, descentralizar los procesos.

Una parte fundamental de estas legislaciones incluye un proceso de capacitación para las personas involucradas en este escenario económico. Igualmente, las panelistas hicieron énfasis en la existencia de diversos materiales y guías elaboradas para facilitar la comprensión y aplicación de las normativas.

En su intervención, Aizel Llánez Fernández destacó que todas las gestiones están incorporadas dentro de un sistema digitalizado que busca facilitar la interacción con los usuarios y agilizar los procesos.

Un aspecto relevante debatido entre los asistentes fue el objetivo principal detrás de estas normas: realizar ajustes técnicos y jurídicos necesarios para corregir distorsiones existentes en la economía cubana. El documento debatido también establece un marco para futuras revisiones, conforme se vayan identificando nuevas necesidades.

Las ponentes respondieron a diversas preguntas planteadas por los participantes, lo que generó un ambiente dinámico y participativo. La interacción no solo posibilitó aclarar dudas, sino que propició un diálogo constructivo sobre el futuro del empresariado cubano.